jueves, 6 de octubre de 2011

Como el Guadiana

Lo sé, aparezco y desaparezco como el famoso río. Lo sé, mis cientos de miles de fans me echan de menos. Así que estoy de vuelta.

Las cajas que trajimos ya están deshechas, y las que nos quedaron por hacer en la otra casa (que no hemos cerrado aún) pues allí están. Tengo que hacer una escapada para recoger mis botas y algunas herramientas necesarias para hacer manualidades, las necesitaré pronto para un evento inminente en la terraza de casa. Pero no echo de menos nada más. Qué cosas tiene el consumismo. Compras y compras y compras cosas que parecen imprescindibles y luego te das cuenta no sólo de que no las necesitabas, sino de que vives mucho mejor sin ellas. Tengo cajones y armarios vacíos, y disfruto abriéndolos y respirando el olor a barniz y cola (¡ups!), disfrutando del espacio vacío. Me estaré volviendo loca, o igual es que los abro y cierro muchas veces. La verdad es que en esta casa se vive de maravilla: independencia, anonimato, el súper a la vuelta de la esquina, el mercado, la óptica de Falu, tintorería, una frutería estupenda que se llama Dylan, parques, autobuses, meriendas improvisadas... de maravilla.

Falu se ha adaptado muy bien a su nueva vida, la casa nueva le encanta, en el cole ya no llora mas que un poquitito al dejarla, y lleva desde el domingo sin pañal. Es una campeona. El domingo no hizo ni uno en su sitio, el lunes tampoco. El martes por la tarde hizo en el cole, y en casa, después de dos meadillas fuera del tiesto, acertó en el wc y hubo tal fiesta de pegatinas y aplausos, que el miércoles no se hizo encima ni uno solo. "No me he hagado pipí encima, mamío", decía toda contenta. Para las aguas mayores ha sido mano de santo. Bien es cierto que le ponemos en la leche unos polvitos que le ayudan un poco, pero se sienta y hace sus caquillas divinamente. Estoy contentísima por ella. Y por la madre práctica que vive dentro de mí. La madre ñoña está un poco afectada porque su bebé crece.

Y hablando de bebés que crecen, "Ferminico" va viento en popa. Y el embarazo va mejor, aunque me sigue doliendo un poco la espalda y ya he empezado a ser renniedependiente. Tengo un panzón considerable, y bueno, ahí voy. Bien. No me puedo quejar. Me preocupa un poco pensar en la logística y en cómo me las voy a apañar para que Falu no se sienta sola, la verdad es que a veces no sé si es ella que está enmadrada o yo afalulada, pero es un tema que, francamente, me preocupa. Me imagino que todas las que han tenido más de un niño se enfrentan a esto mismo. Seguramente la solución será más fácil de lo que me parece ahora. Pero a veces se me hace nudo. A todo esto, aún no sabemos si será niño o niña. En la eco de las 20 semanas, Papío, haciendo gala de su complejo de Baúl de la Piquer, estaba de viaje. Y no quise saberlo yo sola, así que le dije al ginecólogo que no me dijera nada hasta que no estuviéramos los dos. Y en esas estamos, esperando a la siguiente visita para empezar a organizar.

Y bueno, espero que ahora que internet va mejor y que ya estamos más adaptados a todo, mis apariciones sean más constantes... Ahora me voy, que tengo cientos de recados que hacer.

2 comentarios:

  1. Bienvenida guapa!!!
    Yo, tu fan número uno, te echo muchísimo de menos!! así que haz el favor de no desaparecer tanto tiempo otra vez.
    Qué envidia me da el olor a barniz de tus armarios...

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  2. Qué gusto leerte Doris...

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