viernes, 22 de julio de 2011

¡¡Felicidades!!

¡Me olvidaba de lo más importante!

¡Felicidades Falulilla mía! Te quiero muchísimo!

¡Todo casi a punto para la fiesta de esta tarde!

Las fotos son tirando a maluchas, las acabo de hacer con el móvil. He hecho algunas con la cámara buena que están mejor, pero no tengo tiempo para descargarlas, me voy al súper volando!





Espero poder hacer algunas del montaje definitivo... a ver si no me pasa como el año pasado, que llegó la gente antes de que terminara de montarlo todo y no pude hacer ninguna foto.

Y por Dios, a ver si se arregla el día, que parece que va a caer una gorda...

jueves, 21 de julio de 2011

Silencios

Hoy, por decoro, no voy a poner la foto que ilustra el tema. Sí, sí. Por decoro.

Resulta que Falu encontró un cajón lleno de sorpresas, y lo que había dentro no le acababa de cuadrar: no eran pañales, ni camisetas, no eran bodies. ¿Qué es esa cosa? Hay muchas, todas dobladitas, de colorines y dibujitos, de florecitas, rosas, azules e incluso negras.

Y yo mientras, ajena a esos pensamientos suyos, disfrutaba del silencio concentrada en la perfecta cocción de los fideos con sopa. Y es que, carajo, parece que nací ayer ¿A quién se le ocurre disfrutar del silencio de una niña de dos años? Ese silencio hay que temerlo como a los lunes o a los bañadores de leopardo. Total, que en esas estaba yo cuando la veo entrar en la cocina diciendo "Mita mamá: ehtoy túpe papa" (mira mamá: estoy súper guapa), con dos pares de bragas colgando del cuello. Casi me caigo al suelo de la risa.

A cambio y como no le hice fotos, pongo una de otro momento de despiste (pero eso sí que fue un momento, un nano segundo, un giro de nada...). Creo que aún hay "pachitas" por toda la cocina, porque no os imagináis lo que vuela eso. Vació dos cajitas llenas que tenía en la encimera, preparadas para ponerles unas banderitas monísimas para su fiesta de cumple. Por cierto, su cumple es mañana. Estoy de los nervios porque no me da tiempo a nada, y es que en casa del herrero, cuchara de palo, ya se sabe.

martes, 12 de julio de 2011

De vuelta

Estamos de vuelta después de un viaje agotador. Prefiero omitir los detalles. No por no contarlos, sino por olvidarlos cuanto antes y poder volver a cometer la imprudencia de viajar con niños. Bueno, con niña, que el de la barriga aún no cuenta (aunque algo de guerra ya da).

Lo hemos pasado bastante bien. Falula ha hecho todos los excesos propios de las fiestas: comer chuches y beber "pica", correr el "encierro", ver los gigantes, trasnochar y la mayor parte del tiempo, lo que le ha dado la gana. Con razón está todo el día gritando ¡Viva San Fermín!". Y es que apunta maneras.  Y a mí me parece bien, pero estoy reventá. Tanto que este año no he visto en directo mas que un encierro. Con lo que yo he sido. Tengo la conciencia tranquila porque los he visto todos, de momento, y con tanto sueño como si madrugara, tanto tanto que casi casi no he notado que los veía en diferido. 

Cómo me gustan los encierros. Y eso que no entiendo nada de toros y no me gustan las corridas (en general). Pero es una cosa que tengo como muy arraigada, no sé. Arraigada y creo que un poco mitificada. Pero como es una cosa como muy mía, la mitifico si quiero y me quedo tan ancha. La cosa es que como ahora en TVE entrevistan a un "divino" (corredor experimentado y visible, sobre todo visible), queda muy patente que muchos de los que corren no son navarros. Y no es que me parezca mal, ni bien tampoco, pero me da la impresión de que "los de casa"estamos perdiendo fuelle, de que ya no son nuestras fiestas, son fiestas del mundo entero. Y a mí, que soy muy de minorías, esto me da un pelín de rabia. Que se me entienda, ¿eh? cuando alguien corre bien, corre bien y da lo mismo de donde sea. Lo importante es la emoción, el escalofrío que produce ver cómo el tío coge velocidad, cómo consigue colocarse, cómo va guiando al toro, no huyendo ni tratando de correr más que él. Lo que conmueve del encierro es ver la nobleza del bicho, y la del corredor, que han de ir siempre juntas, cuerpo a cuerpo. Por eso este año me están gustando mucho los encierros. No sé si es que los toros son muy rápidos o los cabestros ya no están tan en forma como en años anteriores, pero este año muchos días han sido los toros los que abrían la carrera, y no han ido tan juntos. Y eso hace que pueda haber muchas carreras bonitas. Así es como me gustan a mí los encierros. Que se pueda correr. 

Nunca hay que interrumpir la carrera del toro

Otra cosa que me pone muy nerviosita del ambientillo guiri en general es esa obsesión por que haya heridos y morbo. A pesar de lo que se ve a simple vista, el encierro no se basa ni en la sangre, ni en ver cómo la gente se juega la vida de la  manera más tonta, ni por supuestísimo en ser el machote que toca un cuerno o tira del rabo al bicho. La esencia del encierro (para mí), es ver cómo el hombre y el toro se convierten en dos iguales. No es una lucha por la superioridad, ni una demostración de poder. Es algo que no sé explicar, y que a pesar de no haberlo hecho jamás, me hace sentir viva. Desde pequeñita.